Bonsai, jardín del corazón, un mes sin el Maestro Luis Takehara.

Fuente: Fashion Cartography WEB Blog

¿Cuándo vendrás a mi casa, para que practiques para tu chacra de Uruguay?, me dijiste una semana de febrero y ya se acabó el mes.
Fue la última pregunta que me hizo antes del 11 de marzo.
"Mira que te perderás el parto de mis perritos, ¿no quieres ver?"

Infinitamente agradecida... Lamentablemente no pude ir a visitarlos para aprender más, mucho más de lo que ya desde hace tres años venía aprendiendo del Maestro Luis Takehara, Maestro del Bonsai.


Hoy 11 de Abril, se cumple un mes de su sensible fallecimiento, el cual lamento mucho, por que se fue un modelador de vida, un creador de sueños imposibles, cultivador de los jardines del corazón.

Tuve a suerte de conocerlo, hace más de 4 años cuando iniciaba en la Editorial y la Coordinación de Revista WAPA, para agendar algunas entrevistas para él y su esposa Nancy Kimura, que por el corte de la editorial intentaba ubicarla a ella para que nos muestre sus trabajos con orquídeas. 

Todos en el APJ hablaban del Sr. Takehara y pensaba ¿quién sería? tal vez, alguien de la plana mayor de la asociación ¿me concederá la entrevista? y la verdad es que sí, me concedió la entrevista. Hablándome de lo duro que fue dejar la universidad, para ocuparse de los asuntos pesqueros familiares, viajando por el mundo por trabajo y conociendo a gente importante del ámbito, rescato lo que me contó una y mil veces, y además, si lo tuviera enfrente ahora mismo, lo volvería a escuchar, con los ojos llenos de brillo y ya con una sonrisa en los labios, "lo mejor que me pudo dejar mi padre, son sus 700 Bonsai" que se convirtieran en más de 3000 al final


Asistí a muchas de sus exposiciones en la semana del Japón y ferias donde él y su esposa se instalaban para vender su arte, para ayudar a niños, una última feria, en el Puericultorio Perez Araníbar en Magdalena.


Y así pasaron los días y los años, en que de vez en cuando me lo cruzaba por los pasillos del APJ, con su sonrisa de oreja a oreja y siempre dispuesto con algo de que charlar o reírse, también aveces en que aconsejar y cuando podía, ayudar. Muchas veces conversábamos por horas con café en el Nakachi. 

En una de estas conversaciones le conté que me retiraba de la Revista, y que emprendería algo más ecológico, que me encantaba el trabajo que el hacía y que mi último trabajo de la carrera de Diseño de Modas era sobre tintura de tejidos con flores, fue allí que me dio su apoyo y la asesoría correcta, ve con él, pregunta aquí, allá, prueba con esto y aquello, "vente a Cieneguilla a visitarme, allí con Nancy tenemos varias plantas que te servirán"


Cuando llegó la hora de ponerlo en práctica, todo funcionó de maravilla, le conté por teléfono y al año, volvimos a tomar un café de mañana que lo encontré fumando en la explanada del Teatro Peruano Japonés, una persona muy abierta y jovial, de sonrisa fácil, conversábamos de mi proyecto del año pasado y le comentaba que quería comenzar a vender mi ropa teñida al natural, que ya era hora, y había encontrado locación en los jardines del Museo Larco Herrera, me iba costar un ojo de la cara, pero no me importaba, hasta que esa misma mañana me ofreció su jardín, ahórrate ese alquiler, haz más prendas y ven a Cieneguilla con tus modelos.


Nos recibió de lo mejor, Él y Nancy su señora, fueron muy amables con nosotras, y nos sentímos muy a gusto, probablemente nunca encontraremos personas iguales a ellos, o ¿qué sería del mundo, con más personas como ellos? por que quedamos maravilladas con la calidad de personas que son, y que se les extraña por ser buenas, enseñar, compartir y desprenderse del mundo material para convertirse en esencia de su propia vida, con brillo, sonrisas y casi bailando en amor cuando te hablan de su jardín.

Ese día trabajamos duro toda la mañana hasta el medio día, con las chicas y ellos que se movían prolijando algunas de las locaciones dentro de su recinto, tuvimos la suerte de compartir con ellos el almuerzo, conversar de sus hobbies y los árboles que plantaron cuando nació su hija y pasear por el jardín bellísimo, de donde me compartieron algunas semillas y ramitas, para mi proyecto de chacra en Uruguay, invitándome a participar con ellos, para una semana de visita vivencial en febrero de este año y aprender de todo lo que saben.



Pero no se dió, con el corazón partido, el día del entierro, me acerqué a Nancy, siempre que nos encontrabamos nos abrazábamos fuerte, pero esta vez fue más largo y también se sintió a despedida, "Queríamos verte, pero mira donde nos volvemos a encontrar" 

Recordándolo con respeto y cariño a Tío Lucho. El APU del Bonsai.

Comentarios

  1. Hola Hiromi, sin saber cómo he llegado a tu blog...el destino nos vuelve a reencontrar ...me has hecho llorar ... Gracias por dedicarnos esas palabras que siento sinceras y desde el corazón ... Te quiero mucho, y cuando vuelvas a Perú, las puertas de la casa están abiertas para que nos visites, porque Lucho está aquí....rodeado de sus Bonsais y checkeando que yo los siga cuidando con mucho cariño

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  2. Tuve también la inmensa dicha de estar en casa de Lucho y Nancy. Mi deseo es volver a ver a Nancy Kimura y obtener algunos arbolitos como aquella vez con mi esposa, lamentablemente no logro contactarla. De todos modos Nancy un fuerte abrazo mio y de mi esposa.

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  3. Qué hermosas palabras... Me sacaste lágrimas leyendo tu blog. Al comienzo me puse muy triste, no voy a negar que a veces lo extraño... pero sé que él está con nosotros. Su energía está plasmada en su arte... Arte vivo. Igual con los de mi abuelo y los de mi mamá.
    Espero algún día conocerte y ver tus trabajos, yo admiro mucho el arte y más si es natural.
    Saludos,
    Kristy Takehara Kimura

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